La salud propia y de nuestros familiares es probablemente el aspecto más importante de nuestra vida, ya que de ella depende todo nuestro bienestar físico, mental y aun espiritual.
La sabiduría popular entendió esto hace años y creó una frase rebosante de verdad: “sin salud no hay nada.”
Y es verdad, pues ¿cómo disfrutar de una mágica mañana soleada si nuestro cuerpo tiene malestar, sufre dolor o si hemos perdido alguno de nuestros sentidos como la vista o el oído? ¿Como sintonizar con un momento de paz y alegría si nuestra mente no está sana y equilibrada?
Entonces ¿porque dedicamos todas nuestras energías, todo nuestro esfuerzo a cosas u objetivos que nos planteamos en la vida a costa de nuestra salud? ¿Por qué todo es más importante y trascendente que mantenernos saludables? No es difícil entender estas conductas si observamos que nuestros valores están artificialmente invertidos. Es más importante el conseguir reconocimiento, dinero, posición o bienes que cuidarnos de verdad. Paradójicamente, ocurre con mucha frecuencia, que las personas han logrado sus metas, pero su desgaste y desidia fue tal que simplemente ya no pueden disfrutar dichos logros porque en el camino perdieron lo más valioso, su salud
De allí que es muy bueno que nos replanteemos nuestra estrategia de vida y prioricemos con humildad pero sin pausa, nuestra salud física y mental, como lo más valioso.
Marc Lalonde, ministro de salud canadiense, nos permitió entender los aspectos que influyen en nuestra salud. En el año de 1974, enunció que la salud está condicionada a: 1.-la biología (carga genética y factores hereditarios); 2.-al medio ambiente; 3.- al sistema sanitario y 4.- a los estilos y hábitos de vida. Conocer esto es importante si deseamos mantener y mejorar nuestra salud.
1.- La Biología: sobre la lotería de los genes que nos tocaron no podemos hacer mayor cosa, excepto esperar que la medicina evolucione y podamos finalmente manipularlos y evitar enfermedades. Sin embargo conociendo nuestro pasado familiar si podemos extremar nuestro estilo de vida y realizar una prevención oportuna.
2.- Medio Ambiente: podemos educar, divulgar y trabajar logrando un ambiente cada vez mas saludable y menos contaminado. Podemos tratar de influir por un ambiente más seguro, libre de violencia civil o de riesgos como los de tránsito, pero allí dependemos no sólo de nosotros sino de lo que hagan muchas personas.
3.- Sistema Sanitario: como contribuyentes, nuestra crítica constructiva y exigencia a los políticos de turno es mandatoria. Debemos demandar un manejo técnico y no político para lograr un sistema de salud universal, eficaz y eficiente, libre de corrupción, sin embargo nuevamente, dependemos sobre todo del accionar de terceros.
Es evidente entonces que el cuarto aspecto, es el que más está a nuestro alcance. Los estilos y hábitos de vida saludable están en nuestra decisión y bajo nuestro control exclusivo: alimentación equilibrada y saludable; ejercicio en calidad y cantidad suficiente; actividades recreativas saludables y cercanas a la naturaleza; prevención de consumos nocivos como el tabaco, alcohol, drogas ; una cuidadosa y saludable salud sexual y reproductiva; priorizar la lactancia materna para nuestros niños y mantener el cuidado y calidad de nuestros pensamientos promoviendo la salud mental para guardar un equilibrio psicológico. No debemos dejar de insistir que es trascendental que no descansemos en la estrategia de vida de mantener estilos de vida saludables y lo hagamos extensivo a nuestras familias y amigos.
Debemos romper el paradigma que salud es consumir servicios y prestaciones médicas. El llegar a ello significa en alguna medida nuestro fracaso en cuidarnos. Actuemos antes y de manera inteligente en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud. Así pondremos a la salud en el sitial que merece y que nos permita vivir una vida más plena, feliz y satisfactoria, disfrutando plenamente de los otros logros importantes.
Está en nuestras manos ¡cuidemos de nuestra salud y disfrutemos de la vida al máximo!
Dr. Freddy Ricardo Escobar E.